Croissant auténticos

               ¡¡¡Buenos días!!! Al fin es domingo, y no un domingo cualquiera, sino un domingo en el que recupero mi tranquilidad y mi normalidad. Por fin acabó el mes de agosto, que es el único mes donde hay trabajo a tope donde estoy ahora, y voy de jornada completa, por eso no he podido dedicar casi tiempo al blog, aunque sí que he cocinado y ¡¡mucho!!, nada más y nada menos que 159 donut!!! Los dio a probar una chica en su bar y fueron un auténtico éxito, así que he trabajado por partida doble. No obstante, creo que no me ha echado en falta mucha gente, ya que media blogosfera ha estado de vacaciones, ¿verdad?

          Tengo muchas recetas atrasadas, pero el fin de semana pasado hice croissant, que tenía muchísimas ganas de hacer desde hacía tiempo y por supuesto, tengo que compartirlo antes que nada, ¡¡porque tenéis que hacerlos!! No os voy a engañar, es un poquito laborioso, no muy complicado como yo creía, pero si lleva algo de tiempo. Para empezar, tenéis que hacer la masa un día antes de cuando queráis consumirlos, pero compensa porque su sabor es indescriptiblemente delicioso y que decir de la satisfacción de haber hecho tu algo que hace casi estremecer de placer a quien lo prueba ^^.

                Como os digo, no me resultó tan complicado como pensaba. Me daba algo de miedo el tema del empaste, pero amasando con cuidado y bien enharinado, no hay ningún problema. De todas formas, he realizado un tutorial para que veáis como se hace, que siempre es mejor. El tutorial también sirve para que sepáis cómo se  hace hojaldre, la masa es diferente pero el tema del empaste y las vueltas si que es igual, sólo que para el hojaldre se dan seis vueltas a ser posible y también vueltas dobles, pero eso os lo explicare en la entrada correspondiente. De momento, vamos con los croissant.

INGREDIENTES

- 500 gramos de harina de fuerza.

- 150 mililitros de leche.

- 2 huevos grandes (250 gramos más o menos).

- 10 gramos de sal.

- 55 gramos de azúcar.

- 25 gramos de levadura fresca.

- 250 gramos de mantequilla para el EMPASTE.

- 1 yema con un chorrito de leche.

- Almíbar.

ELABORACIÓN

            Disolvemos la levadura en la leche templada, le añadimos el resto de ingredientes y amasamos durante diez minutos más  o menos. Si tenéis amasadora genial, sino, pues a mano cuesta un poco más porque es una mezcla muy pegajosa y cuesta manejarla. De echo, yo le añadí  un poquito más de harina para manejarla mejor, pero vamos, se puede hacer perfectamente.

               Una vez amasada, la ponemos en un bol enharinado, la cubrimos y la dejamos reposar unos treinta-cuarenta minutos. En este momento sacamos la mantequilla de la nevera y la colocamos entre papel film.

               Pasados los cuarenta minutos, es la hora de hacer el empaste. Lo primero es golpear la mantequilla para ablandarla dejándola de unos dos centímetros de grosor aproximadamente. Hecho esto, espolvoreamos bien de harina la mesa de trabajo y colocamos la masa. Como la vi demasiado blanda, le añadí un poquitín de harina y amase para integrarla, quedando así una consistencia mejor para hacerle la cruz. Bien, pues le hacemos una cruz a la bola de masa, abrimos las cuatro puntas y enharinando bien el rodillo las estiramos, dejando el centro más gordito. Cuando tenemos las cuatro puntas estiradas, colocamos en el centro la mantequilla y vamos cerrando cada una de ellas formando un paquete. Es muy importante limpiar bien el exceso de harina en todo el proceso. Hecho el paquete, es cuando comienza el famoso EMPASTE y el proceso es el siguiente:

1. Estiramos la masa con mucho cuidado para que la mantequilla no salga o estropearía todo el trabajo. Dejamos de un centímetro de grosor más o menos y estiramos a lo largo y a lo ancho. Estirada la masa hacemos la PRIMERA VUELTA SENCILLA: doblamos el extremo más alejado a nosotros hasta la mitad y el extremo más cercano a nosotros sobre el anterior.Colocamos en papel film y dejamos reposar en la nevera 15 minutos.
2. Colocamos la masa frente a nosotros en forma de rectángulo y estiramos de nuevo, pero esta vez doblamos el extremos derecho hasta la mitad y el extremo izquierdo sobre el derecho. SEGUNDA VUELTA SENCILLA, en papel film y 15 minutos en la nevera.
3. Repetimos el proceso anterior, pero esta última vez doblamos el extremo izquierdo  hasta la mitad y luego el derecho sobre el izquierdo. TERCERA Y ÚLTIMA VUELTA SENCILLA. Colocamos en papel film, esta vez con un poco de harina, y dejamos reposar en la nevera 8 horas. No hay ningún problema en que repose más tiempo, por eso es mejor hacer la masa la tarde antes de cuando queráis hornear y dejarlo toda la noche. Yo cubrí también la masa con un paño limpito sobre el film, ya que como la masa aumenta su volumen, puede romper el film y resecarse un poco lo que sobresalga.

               Ya tendríamos el empaste hecho, que es lo más complicado y donde hay que ser cuidadoso. Lo demás no tiene complicación: colocamos la masa sobre la superficie enharinada, apretamos suavemente con las manos para eliminar los gases y estiramos dejando la masa bien fina e intentando dejar un rectángulo lo más perfecto posible. Dividimos la masa por la mitad y luego cada mitad en triángulos con una base más o menos de 7-9 cm. Esto lo podéis hacer al gusto, pero tened en cuenta que luego aumentan de volumen. Salen alrededor de 18-20 croissant, dependerá del tamaño de los triángulos.
              Vamos enrollando los croissant desde la base dejando la punta hacia abajo para que al hornear no se abra. Si al enrollar vemos que sigue algo gordito podemos pasar el rodillo un poco. Una vez enrollando y colocados sobre la papel de horno en la bandeja, cubrimos y dejamos doblar el volumen, más o menos unos 20-30 minutos. Mientras, vamos haciendo el almíbar que no es más que poner al fuego la misma cantidad de agua que de azúcar y dejar herbir unos minutos. Yo utilicé 100 gramos y 100 ml y me dio todos.

               Una vez aumentados de volumen, los pintamos con la yema de huevo mezclada con un poquito de leche y los horneamos, con el horno precalentado, a 160º entre 15 y 20 minutos, hasta que estén doraditos. Nada más sacar del horno, los pintamos de forma generosa con el almíbar. Y listos, a disfrutar =)

                      ¿No os derretís sólo con la pinta que tienen?

                     Son absolutamente increíbles, no sólo por la satisfacción de haberlos hecho tu mismo, sino por el saber tan maravilloso a mantequilla que tienen, por las esponjosidad al morderlos y por el toque del almíbar dulce. Y cuando tu marido los prueba y cierra los ojos de auténtico placer... bueno, eso ya no tiene precio :P

     

¿Y que me decís del corte? ¡Ñam!

                          
                    Y ahora si, os dejo con el vídeo donde se ve muy bien todo el proceso. El algo extenso, unos 14 minutos creo, pero no podía cortar más, quería que se viese bien cada paso. Espero que os guste y que si los hacéis me ensenéis por facebook, me encantaría ver vuestras creaciones ^^.  Lo dicho, que lo disfrutéis que yo marcho a hacer unas tartitas de manzana para aprovechar un hojaldre :P. Besos!!